MI CIENTIFICO FAVORITO
AUTOR: CABRERA DE LA CRUZ LUIS EDUARDO
Alguna vez se han puesto a pensar cuál es su científico favorito, que características debe de tener, cuáles son sus aportaciones que ha hecho para el beneficio de la humanidad: es una pregunta muy difícil.
Thomas Alva Edison es mi científico favorito, esto se debe tras haber analizado a científicos sobresalientes, ya que aparte de haber hecho muchísimas invenciones, es un científico analítico, imaginario, pensativo, con instinto de invención, inteligente, creativo, objetivo e ingenioso y sobre todo persistente. Ha colaborado para mejorar algunos inventos antes creados. Antes que nada debemos conocer un poco sobre este grandioso científico.
Thomas Alva Edison, el menor de cuatro hermanos, nació el 11 de febrero de 1847, en Milán, una pequeña población de Ohio en la que se había establecido su padre, Samuel Edison, seis años antes.
Cumplidos los diez años, el pequeño Thomas instaló su primer laboratorio en los sótanos de la casa de sus padres y aprendió él solo los rudimentos de la química y la electricidad. Pero a los doce años, Edison se percató además de que podía explotar no sólo su capacidad creadora, sino también su agudo sentido práctico. Así que, sin olvidar su pasión por los experimentos, consideró que estaba en su mano ganar dinero contante y sonante materializando alguna de sus buenas ocurrencias. Su siguiente trabajo fue en Boston, como telegrafista en el turno de noche. Llegó allí en 1868, y poco después de cumplir veintiún años pudo hacerse con la obra del científico británico Michael Faraday Experimental Researches in Electricity, cuya lectura le influyó muy positivamente. Hasta entonces, sólo había merecido la fama de tener cierto don mágico que le permitía arreglar fácilmente cualquier aparato averiado. Ahora, Faraday le proporcionaba el método para canalizar todo su genio inventivo. Se hizo más ordenado y disciplinado, y desde entonces adquirió la costumbre de llevar encima un cuaderno de notas, siempre a punto para apuntar cualquier idea o hecho que reclamara su atención.
Convencido de que su meta profesional era la invención, Edison abandonó el puesto de trabajo que ocupaba y decidió hacerse inventor autónomo, registrando su primera patente en 1868. Se trataba de un contador eléctrico de votos que ofreció al Congreso, pero los miembros de la cámara calificaron el aparato de superfluo. Jamás olvidó el inventor estadounidense esta lección: un invento, por encima de todo, debía ser necesario.
El propio Edison quedó sorprendido por la sencillez de su invento, pero pronto se olvidó de él y pasó a ocuparse del problema del alumbrado eléctrico, cuya solución le pareció más interesante. «Yo proporcionaré luz tan barata -afirmó Edison en 1879- que no sólo los ricos podrán hacer arder sus bujías.» La respuesta se encontraba en la lámpara de incandescencia. Se sabía que ciertos materiales podían convertirse en incandescentes cuando en un globo privado de aire se les aplicaba corriente eléctrica. Sólo restaba encontrar el filamento más adecuado. Es decir, un conductor metálico que se pudiera calentar hasta la incandescencia sin fundirse, manteniéndose en este estado el mayor tiempo posible.
Antes que Edison, muchos otros investigadores trabajaron en esta dirección, pero cuando él se incorporó lo hizo sin regatear esfuerzo alguno. Trabajó con filamentos de las más distintas especies: platino, que desestimó por caro, carbón, hollín y otros materiales, e incluso envió a sus colaboradores al Japón, a América del Sur y a Sumatra para reunir distintas variedades de fibras vegetales antes de escoger el material que juzgó más conveniente. La primera de sus lámparas estuvo lista el 21 de octubre de 1879. Se trataba de una bombilla de filamento de bambú carbonizado, que superó las cuarenta horas de funcionamiento ininterrumpido. La noticia del hecho hizo caer en picado las acciones de las compañías de alumbrado de gas.
Como lo hemos visto Thomas Alva Edison ha escrito de su historia de una manera sobresaliente, ya que de una manera muy humilde ha salido adelante sabiendo abrirse caminos en la vida, además de su extraordinario instinto inventor e innovador para revolucionar al mundo. Ya con estos datos podemos comprobar que Edison más que científico, primero era inventor, pero aún así entra en nuestras expectativas de científico ya que a pesar de ser inventor cubre todos los aspectos del científico. Es analítico, metódico, sistemático, lógico etc. Y además “incluye la aplicación directa y estricta del método científico” (Asimov, 1977).
Alva Edison revoluciono al mundo es un extraordinario científico que revoluciono al mundo con sus inventos. Completando la lista de sus realizaciones tecnológicas hasta totalizar las 1.093 invenciones que llegó a registrar en vida.
FUENTES DE CONSULTA
ASIMON Isaac “Ciencia preguntas básicas sobre la ciencia” Alianza editorial, México, 2010, pp 210.
Enciclopedia.
“Física 1”, Editorial: océano, Año: 1997, Pag: 1002, Volumen 5
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